Una madre suarense relata cómo se vive con una hija en salud pública de Rio Negro

HISTORIAS

Nélida Esther, de 87 años, detalla qué se siente tener un familiar en la primera línea contra el coronavirus. Su hija presta servicio en el hospital de Cipolletti en Río Negro.

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En Cipolletti el sistema de salud colapsó. No hay disponibilidad de más camas de terapia intensiva y hay que “priorizar” a qué pacientes con coronavirus se ingresa para tratar con respirador.

Miedo y orgullo. Más miedo que orgullo. Dos de las sensaciones que siente Nélida Esther Baier de 87 años. Hoy vive a 700 kilómetros de Coronel Suárez.

Esther tiene una vitalidad envidiable. Tan lúcida que en tiempos de pandemia aprendió a usar la tablet para poder ir al casino aunque sea de forma virtual. Vive en Río Negro junto a su hija Sabina Garrido de 65 años, médica en la guardia del hospital de Cipolletti.

“ Tengo mucho miedo por mi hija. Cuando se va me quedo preocupada hasta que vuelve. Estoy preocupada por ella y por todos los médicos y enfermeros que están trabajando. Ojalá esto termine pronto”, relató Eshter. La mujer vive hace más de 50 años en Cipolletti. Nació en Coronel Suárez, donde se radicaron, a comienzo del siglo pasado en las colonias alemanas.

Su hija Sabina Garrido podría haberse jubilado antes del inicio de la pandemia pero decidió seguir “cómo voy a dejar el barco en este momento”, dijo la médica. “Es un orgullo para mí. Yo extraño, salir, voy al patio, salgo con mi hija, cuando tengo fecha de salida. A mi edad mirá lo que tengo que pasar” , se lamentó.

Esther tiene un gran sentido del humor y mucha vitalidad, se sube a una escalera para bajar y cortar dos limones del limonero que tiene en su jardín. La mujer recordó que esto solo se compara con la epidemia del poliomielitis en la década del 50. “Eso también fue tremendo, pero esta pandemia está siendo muy larga”, indicó.


Esther es muy creyente y diariamente reza por su familia, pero también por todas las personas que están expuestas al contagio. “Todos estamos expuestos y por eso tenemos que cuidarnos ”, finalizó.

“Tengo mucho miedo por mi hija. Estoy preocupada por ella y por todos los médicos y enfermeros que están trabajando”.

“Vamos a estar hasta que el personal empiece a caer”, agregó Sabina, médica del centro de salud público.