"El deber del poder judicial es que no haya impunidad ni muertos en las cárceles"

El fiscal suarense Federico Delgado mencionó que la pandemia dejó al desnudo las grandes falencias que existen tanto en el sistema carcelario como en el Poder Judicial.

Federico Delgado (foto: Julieta Colomer /ANCCOM).

"La pandemia ha sido como un viento que va moviendo cortinas y dejando a la vista las debilidades de los diferentes sistemas en Argentina. Y una de las cortinas que movió fue la de la Justicia y la del estado actual de las cárceles".

El reconocido fiscal federal Federico Delgado, dueño de la frase, se refirió de esta manera a la polémica generada en las últimas semanas a nivel local y nacional, luego de que varios jueces otorgaran prisiones domiciliarias a peligrosos delincuentes, en el marco de la pandemia de coronavirus.

"Está claro que las cárceles están muy lejos de ser el paradigma que marca la Constitución, que afirma que nadie puede sufrir una pena mayor de la que implica la propia sanción penal. En lugares donde hay gente hacinada, con escasas condiciones de limpieza, donde la gente es casi cosificada, el riesgo de que una pandemia ataque es mucho más alto", dijo el funcionario judicial.

Según Delgado, la polémica se desató por varias razones: desinformación, un temor lógico y también por errores cometidos por varios jueces.

"El Poder Judicial debió explicar claramente que su deber es ponderar que no haya impunidad, pero también que no haya muertos en las cárceles. La gente con patologías graves deben cumplir su arresto en otro lugar, para poder reservar el espacio carcelario para otras personas que cometieron delitos más graves", dijo.

"Ante esta falta de docencia, apareció el miedo, las especulaciones y gente que intentó sacar provecho de la situación. Después es evidente que la Justicia cometió errores. Todos vimos como se liberaban a violadores o asesinos que volvían a los mismos barrios donde estaban sus víctimas. Por eso, lo que hay que hacer es balancear el derecho de la sociedad de que no haya impunidad con el hecho de que no se muera nadie en la cárcel. Que haya cometido un delito, no implica que esa persona haya perdido todos sus derechos", agregó.

Para Delgado, el principal problema del sistema carcelario argentino tiene que ver con las prisiones preventivas y pidió que una vez terminada esta crisis, se retome el necesario debate para ejecutar una reforma judicial.

"Las prisiones preventivas son el alimento más grande de la situación actual de las cárceles argentinas, Acá funcionan como una prisión anticipada, cuando en realidad deberían ser un factor restrictivo y que dure poco tiempo. Para tener una situación ideal, los juicios deberían ser más rápidos y las personas en un tiempo razonable deberían poder ser declaradas culpables o inocentes. No podemos retener a gente presa preventivamente por tanto tiempo. Pero lamentablemente hoy se ha naturalizado", expresó.



"Cuando todo esto pase, deberemos retomar la reforma judicial. Todos estamos de acuerdo en que las violaciones de la ley deben ser castigadas, el tema es cómo lo hacemos. Así como está, es evidente que el sistema ha fracasado. La gente sale de la cárcel peor de lo que entró, los juicios son eternos y muchas veces la gente termina saliendo por el tiempo que se demora en enjuiciarlos", acotó.

De todos modos, para el fiscal, la reforma no será posible si no existe primero un gran acuerdo nacional, que una a todos los sectores de la sociedad.

"Esto es una cuestión que excede a un gobierno. Va más allá de quien esté como presidente. Estamos ante un tema que requiere mucho debate, porque impacta en todos los ámbitos y habla de cómo se organiza una sociedad. Yo empezaría por el principio: por las designaciones y en la educación de los empleados de la Justicia. Si no reconstruimos las instituciones, es imposible cumplir con la apuesta republicana que exige la Constitución", completó.