A 10 años de su cautiverio, Sonia Molina aseguró que Heit quedó embarazada "a propósito" para tener arresto domiciliario


Hace una década, Sonia Molina estuvo tres meses cautiva en la vivienda de Grand Bourg 1832 que Estefanía Heit y Jesús Olivera alquilaban hasta que logró escaparse por una ventana en noviembre de 2012. La victima pesaba en ese momento sólo 30 kilos y estaba al borde de la muerte.

En una entrevista, Molina aseguró que Estefanía Heit quedó embarazada "a propósito" en la cárcel y que por ese motivo la Justicia le otorgó la prisión domiciliaria en agosto de 2017, cuando cursaba un embarazo de riesgo por presentar diabetes gestacional.

"Heit no cumplió su condena en la cárcel porque le dieron arresto domiciliario. Quedó embarazada a propósito y eso fue impactante. Una condena a 13 años de cárcel, cumpliéndola en su casa, no es condena", manifestó.

Según la mujer, hay más victimas del falso pastor y la periodista. "La Justicia no logró probarlo, pero las víctimas están y, de hecho, en Bahía Blanca una joven había pasado algo similar a lo que me sucedió a mí, también con Olivera como responsable. Pero el hecho no llegó al punto del secuestro", aclaró.

Y agregó: "En su momento estuve de acuerdo con las penas porque prefería que estuvieran presos a que siguieran haciendo lo mismo, sobre todo teniendo en cuenta que hay más víctimas".


En 2014, la Justicia le impuso a Olivera 18 años de cárcel por abuso sexual con acceso carnal agravado por ser ministro de culto no reconocido, reducción a la servidumbre con lesiones graves y estafas reiteradas- y a Heit, 13, por ser coautora de todo salvo los abusos sexuales.

Hace un par de años, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó firme la condena para el falso pastor y el año pasado el organismo judicial hizo lo propio con Heit.

Además, la mujer que hoy tiene 42 años reveló que las secuelas como consecuencia de las humillaciones y abusos no desaparecieron. "Me quedaron secuelas psicológicas que también influyen en mi desarrollo y en la convivencia con el resto de la sociedad”, explicó la entrevistada.

“Hay momentos en que mi mente me juega en contra, por ejemplo cuando huelo un aroma como los que usaba Estefanía u Olivera, y se me vienen imágenes a la cabeza. El cuerpo se me estremece”, describió.