Día Internacional de la Mujer Rural
Hoy se celebra un nuevo aniversario del Día Internacional de la Mujer Rural desde que fue establecido por la Asamblea General de la ONU en 2007. En Coronel Suárez cada vez sobresalen más por su dedicación, conocimiento y fundamentalmente, su coraje.
Sofía Imaz, una joven emprendedora de 33 años que durante el 2016 decidió abrir su propio tambo en Coronel Suárez, con esfuerzo y dedicación ya que la lechería viene atravesando momentos muy difíciles desde hace varios años, y así, continuar de lleno con la actividad que tanto la apasiona tras el cierre del establecimiento donde estaba trabajando.
Según comentó, comenzó sin capital para invertir en la actividad y arrendando el campo, el tambo y las vacas, y ya tiene en ordeñe en 250 vacas produciendo 6.000 litros al mes basado en un tambo pastoril.
Buscando dónde comenzar a desarrollarse profesionalmente, consiguió empleo en un tambo en la localidad de Rivera. Sin pensarlo, aceptó a pesar que no tenía experiencia en este sector.
Allí, donde estuvo trabajando un año, comenzó a “tomarle el gustito”, que según su pensamiento, la lechería es una actividad más dinámica que otros sectores relacionadas al campo.
Viendo que estaba estancada en el tambo de Rivera, sin horizonte para crecer, tomó la decisión de irse. Y consiguió empleo en Malal-co, un tambo situado en Coronel Suárez que era explotado por una empresa oriunda de Tandil. Ahí, ya con experiencia bajo su lomo, tomó las riendas del establecimiento.
Pero el alerta llegó en octubre del año 2015 cuando la empresa de Tandil comenzó a negociar la renovación del alquiler del campo. Finalmente, en diciembre el tambo le puso punto final a la actividad y cerró las puertas. Y la decisión parecía que no era la mejor.
Este contexto adverso, para Sofía fue la oportunidad de su vida. “Mi idea era alquilar el tambo y las vacas. Sabía que iba a funcionar porque quedaba la estructura y las pasturas sembradas. Lo único que necesitaba era alguien que tuviera ganas de invertir para poder seguir con el tambo”, relató.
Sin embargo, no estuvo sola. Clara Bejarano, quien trabajaba junto a Sofia en la empresa en Malal-co siendo la encargada de la guachera, de la inseminación y atendía la recría y los partos.
Actualmente, mantiene la cantidad de animales en ordeñe (250) pero está cambiando la genética de las vacas. Las sigue alquilando a las vacas pero se enfocó en la raza Jersey.
“Entre los años 2018 y 2019 invertí en vacas, cambiando la genética. Porque la vaca Jersey es la que mejor se adapta al sistema pastoril y busco muchas vacas por hectáreas para hacer intensivo el tambo. Además, busco kilos de sólido en vez de litros de leche” Hoy tiene 130 vaquillonas en el tambo pero no se están ordeñando por su edad (hay que esperar que cumplan dos años de vida) “Por situaciones de país y del tambo, los años anteriores tuvo que vender las vaquillonas y recién este año las pudo aguantar porque hay que darles de comer y no generan leche”.
Sofía Imaz, una joven emprendedora de 33 años que durante el 2016 decidió abrir su propio tambo en Coronel Suárez, con esfuerzo y dedicación ya que la lechería viene atravesando momentos muy difíciles desde hace varios años, y así, continuar de lleno con la actividad que tanto la apasiona tras el cierre del establecimiento donde estaba trabajando.
Según comentó, comenzó sin capital para invertir en la actividad y arrendando el campo, el tambo y las vacas, y ya tiene en ordeñe en 250 vacas produciendo 6.000 litros al mes basado en un tambo pastoril.
Buscando dónde comenzar a desarrollarse profesionalmente, consiguió empleo en un tambo en la localidad de Rivera. Sin pensarlo, aceptó a pesar que no tenía experiencia en este sector.
Allí, donde estuvo trabajando un año, comenzó a “tomarle el gustito”, que según su pensamiento, la lechería es una actividad más dinámica que otros sectores relacionadas al campo.
Viendo que estaba estancada en el tambo de Rivera, sin horizonte para crecer, tomó la decisión de irse. Y consiguió empleo en Malal-co, un tambo situado en Coronel Suárez que era explotado por una empresa oriunda de Tandil. Ahí, ya con experiencia bajo su lomo, tomó las riendas del establecimiento.
Pero el alerta llegó en octubre del año 2015 cuando la empresa de Tandil comenzó a negociar la renovación del alquiler del campo. Finalmente, en diciembre el tambo le puso punto final a la actividad y cerró las puertas. Y la decisión parecía que no era la mejor.
Este contexto adverso, para Sofía fue la oportunidad de su vida. “Mi idea era alquilar el tambo y las vacas. Sabía que iba a funcionar porque quedaba la estructura y las pasturas sembradas. Lo único que necesitaba era alguien que tuviera ganas de invertir para poder seguir con el tambo”, relató.
Sin embargo, no estuvo sola. Clara Bejarano, quien trabajaba junto a Sofia en la empresa en Malal-co siendo la encargada de la guachera, de la inseminación y atendía la recría y los partos.
Actualmente, mantiene la cantidad de animales en ordeñe (250) pero está cambiando la genética de las vacas. Las sigue alquilando a las vacas pero se enfocó en la raza Jersey.
“Entre los años 2018 y 2019 invertí en vacas, cambiando la genética. Porque la vaca Jersey es la que mejor se adapta al sistema pastoril y busco muchas vacas por hectáreas para hacer intensivo el tambo. Además, busco kilos de sólido en vez de litros de leche” Hoy tiene 130 vaquillonas en el tambo pero no se están ordeñando por su edad (hay que esperar que cumplan dos años de vida) “Por situaciones de país y del tambo, los años anteriores tuvo que vender las vaquillonas y recién este año las pudo aguantar porque hay que darles de comer y no generan leche”.