EL CASHUATÍ Y UNA LEYENDA SERRANA
Al igual que muchos pueblos del mundo, los indios pampas que poblaron nuestra tierra , también poseían sobre sus tradiciones creencias del Diluvio Universal.
Un día se levantó un viento muy fuerte del Este y el cielo comenzó a toldarse, hasta cubrir el Sol con un manto casi negro. Era presagio de grandes lluvias, aunque nadie imaginaba aún la magnitud de lo que iba a acontecer.
El caso es que los espíritus malignos de la montaña hablan desatado su furia sobre la pacífica comarca, descargando una lluvia, torrencial e incesante.
Pasaron innumerables días, meses quizás, pero el diluvio no cesaba ni siquiera un instante.
Las aguas cubrieron la tierra, hasta que todo fue un inmenso mar del cual solo emergían los inmensos picos mas elevados de la sierra.
La vida se había extinguido casi en su totalidad. Por último, solo quedó sin cubrir la cima del Cashuatí. Mas, cuando parecía que éste también iba a ser devorado, de pronto cesó la lluvia, se abrió el cielo y apareció de nuevo el Sol.
La vida había desaparecido bajo las aguas. El mundo desolado era ahora solo silencio interrumpido por el bramar de los torrentes.
Pero, en el Cashuatí hablan alcanzado a refugiarse dos hombres y dos mujeres y muchas parejas de animales, únicos sobrevivientes sobre la faz del planeta.
Cuando las aguas bajaron, después de mucho tiempo y la tierra volvió a ser habitable, las cuatro personas y los animales descendieron del Cashuatí y repoblaron el mundo.
Por eso los viejos abuelos sentenciaron con hondo respeto: “En Sierra de la Ventana renació la vida y el gran Dios del Universo quiso que el Cashuatí fuera el centro del mundo. Pampa...tierra de salvación”.
La leyenda se sitúa en pleno corazón de Sierra de la Ventana, precisamente en el cerro más alto del sistema, el Tres Picos. Éste era conocido por los Indígenas con el nombre de Cashuatí, vocablo de origen tehuelche, cuyo significado es probablemente Sierra Alta, aunque con diversas traducciones posibles.
La leyenda del diluvio universal en esta tierra fue recogida por varios historiadores y exploradores de la región, como el jesuíta Sánchez de Labrador, Lenman Nitche, Tomás Falkner y hasta el propio naturalista Charles Darwin.
Basados en ello, recreamos esta hermosa historia, que enriquece las tradiciones y creencias populares de los primitivos habitantes de nuestra región.
Dice la leyenda que cuando todo esto era dominio de las tribus pampa, el Hueyque Leufú, río Sauce Grande, que baja de las sierras con sus aguas cristalinas, sus achiras y sus sauces, era fuente refrescante y reparo para las innumerables tolderías que lo bordeaban.
Los hombres se dedicaban a la caza y a la pesca, las mujeres curtían, cosían y adornaban los cueros con los que se vestían y levantaban sus toldos. Los pequeños indios jugaban libremente y también se Iniciaban en la destreza de arrojar las boleadoras con precisión para que, al llegar a adultos, fueran hábiles cazadores.
Todos los valles serranos estaban poblados por tribus que convivían pacíficamente.
En el corazón mismo de las sierras, se encontraba la mas elevada de todas. Era el Cashuatí, cerro que muchos siglos después los blancos lo llamarían Tres Picos.
Allí se reunían los principales de cada tribu y realizaban las grandes asambleas.
La leyenda del diluvio universal en esta tierra fue recogida por varios historiadores y exploradores de la región, como el jesuíta Sánchez de Labrador, Lenman Nitche, Tomás Falkner y hasta el propio naturalista Charles Darwin.
Basados en ello, recreamos esta hermosa historia, que enriquece las tradiciones y creencias populares de los primitivos habitantes de nuestra región.
Dice la leyenda que cuando todo esto era dominio de las tribus pampa, el Hueyque Leufú, río Sauce Grande, que baja de las sierras con sus aguas cristalinas, sus achiras y sus sauces, era fuente refrescante y reparo para las innumerables tolderías que lo bordeaban.
Los hombres se dedicaban a la caza y a la pesca, las mujeres curtían, cosían y adornaban los cueros con los que se vestían y levantaban sus toldos. Los pequeños indios jugaban libremente y también se Iniciaban en la destreza de arrojar las boleadoras con precisión para que, al llegar a adultos, fueran hábiles cazadores.
Todos los valles serranos estaban poblados por tribus que convivían pacíficamente.
En el corazón mismo de las sierras, se encontraba la mas elevada de todas. Era el Cashuatí, cerro que muchos siglos después los blancos lo llamarían Tres Picos.
Allí se reunían los principales de cada tribu y realizaban las grandes asambleas.
Un día se levantó un viento muy fuerte del Este y el cielo comenzó a toldarse, hasta cubrir el Sol con un manto casi negro. Era presagio de grandes lluvias, aunque nadie imaginaba aún la magnitud de lo que iba a acontecer.
El caso es que los espíritus malignos de la montaña hablan desatado su furia sobre la pacífica comarca, descargando una lluvia, torrencial e incesante.
Pasaron innumerables días, meses quizás, pero el diluvio no cesaba ni siquiera un instante.
Las aguas cubrieron la tierra, hasta que todo fue un inmenso mar del cual solo emergían los inmensos picos mas elevados de la sierra.
La vida se había extinguido casi en su totalidad. Por último, solo quedó sin cubrir la cima del Cashuatí. Mas, cuando parecía que éste también iba a ser devorado, de pronto cesó la lluvia, se abrió el cielo y apareció de nuevo el Sol.
La vida había desaparecido bajo las aguas. El mundo desolado era ahora solo silencio interrumpido por el bramar de los torrentes.
Pero, en el Cashuatí hablan alcanzado a refugiarse dos hombres y dos mujeres y muchas parejas de animales, únicos sobrevivientes sobre la faz del planeta.
Cuando las aguas bajaron, después de mucho tiempo y la tierra volvió a ser habitable, las cuatro personas y los animales descendieron del Cashuatí y repoblaron el mundo.
Por eso los viejos abuelos sentenciaron con hondo respeto: “En Sierra de la Ventana renació la vida y el gran Dios del Universo quiso que el Cashuatí fuera el centro del mundo. Pampa...tierra de salvación”.
Tags:
Historias